Con motivo del XXXIII Encuentro Nacional de GBG que se celebra del 7 al 10 de diciembre, entrevistamos a Pablo Martínez, ponente de esta edición del encuentro. Con él hemos hablado sobre evangelización y la misión que tenemos como profesionales cristianos.
Hola Pablo, no es, ni mucho menos, la primera vez que eres ponente en el encuentro GBG ¿qué es lo que más te motiva a la hora de decir que sí a participar en este encuentro?
Los encuentros de GBG son prioritarios en mi agenda. Ya he expresado públicamente en alguna ocasión que, históricamente, una de las mayores asignaturas pendientes del movimiento evangélico en España es llegar con el Evangelio a los profesionales y los sectores “pensantes” de la sociedad. La Reforma en el s. XVI empezó a este nivel y se propagó rápidamente entre los intelectuales de la época. Por desgracia este embrión fue abortado por la Inquisición y desde entonces nadie ha logrado llegar a este segmento social con el poder transformador del Evangelio. Es una gran carencia que ha perjudicado de forma obvia el desarrollo social, cultural y, por supuesto, espiritual de nuestro país. Por ello he sentido siempre un vivo interés por apoyar el movimiento de profesionales evangélicos a través de su cauce natural que es GBG.
¿Cuál crees que es el mayor reto al que se enfrentan los profesionales cristianos hoy?
Creo que el mayor reto está en vivir en un mundo que se considera post-cristiano, pero que no tiene la más mínima idea del mensaje de Cristo.
La creciente hostilidad anticristiana en Occidente es una respuesta superficial y visceral que ignora –en su doble sentido, no sabe y no quiere saber- sus propias raíces históricas y morales. La “cultura cristiana” ha hecho posible algunos de los valores morales que han sostenido a Occidente durante siglos.
En nombre de un laicismo sui generis vamos camino de un despotismo ideológico preocupante. Nada nuevo bajo el sol porque intentar acallar a los cristianos es tan antiguo como la Iglesia misma. Los problemas de fondo que la Iglesia naciente tuvo que afrontar en el primer siglo son los mismos que tenemos que afrontar nosotros hoy. Han cambiado los nombres de la historia, pero los desafíos son idénticos.Por citar un ejemplo reciente, la “ley mordaza” no es el invento original de un partido político contemporáneo, ya está descrita en Hechos 4:18 y 21. Y nuestra respuesta es la misma que la de Pedro y los apóstoles: “ Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios”. En mi opinión este es el mayor reto.
¿Qué palabras de ánimo tendrías para los profesionales que se enfrentan al reto de llevar a cabo la misión en su lugar de trabajo?
Tenemos un mensaje insuperable que ofrecer. El Evangelio transforma personas y, como consecuencia, transforma grupos, comunidades, desde la más pequeña -la familia- a la más grande como es un país. El mensaje cristiano es muy relevante en este mundo porque es un mensaje de poder –el poder de Cristo- para dar reconciliación, perdón, paz, y sobre todo, sentido a la vida, esperanza. En un mundo que busca luz y guía en los lugares más oscuros (desde los horóscopos y tarots a los “maestros” de la espiritualidad atea) la luz del Evangelio sigue alumbrando y cambiando vidas. El poder de Cristo es el mismo hoy que hace veinte siglos.
¿Qué te gustaría decirle a los asistentes a GBG 2017? ¿Qué podrían hacer para venir preparados para la edición de este año?
Que oren por nosotros los conferenciantes, pero también por ellos mismos a fin de lograr una visión global, estratégica del enorme potencial del GBG para el testimonio y la misión en España hoy.