La respuesta corta es “depende”. Decidir qué consumimos culturalmente tiene que ver con el dilema de estar en el mundo sin ser del mundo”. Este equilibrio es algo que encontramos una y otra vez en la Escritura, que nos invita a apartarnos de los ídolos (1 Jn. 5:21) y al mismo nos envía al mundo (Jn. 17:18).
Así que, esta tensión es normal. Ver, escuchar, jugar a algo o no hacerlo, depende de varios factores, pero entonces ¿cómo podemos saber qué hacer con este o aquel artista, aquel programa de televisión, aquella novela o aquella película?
Daniel Strange en su libro Cultura y conexión nos invita a aplicar el filtro de las 5 solas de la Reforma Protestante a nuestra interacción con la cultura. El dice que estas cinco verdades funcionan como fundamentos, como vallas y como banderas. Son útiles como filtros a través de los cuales podemos medir nuestro consumo y creación de cultura. ¿Pero cómo aplicarlo?
Sola Scriptura
Cuando estés viendo algo, o preguntándote si debes verlo, hazte las siguientes preguntas:
• ¿Por qué todo el mundo piensa que esto es bueno o importante?
¿Qué revela acerca de lo que consideran importante o encomiable?
• ¿Por qué disfruto esto o pienso que lo disfrutaría? ¿Qué revela sobre lo que me parece importante o encomiable?
• ¿Cómo se compara esto con el patrón de la Biblia? ¿Está la Biblia de acuerdo con que estas cosas son importantes o encomiables? ¿O vienen estos mensajes de otra “gran historia”?
Sola Gratia
Mis decisiones culturales no se basan en seguir las reglas para impresionar a Dios o probar que soy digno, sino en amar y honrar a Dios por lo que él ya ha hecho por mí. Esto significa que podríamos preguntarnos lo siguiente a la hora de considerar alguna opción cultural:
• Si mi instinto me está diciendo que no lo haga, ¿a qué se debe? ¿Ese instinto viene de un imperativo o de un indicativo?
• ¿Será que mi temor es incorrecto? ¿Puedo disfrutar de esto como hijo de mi Padre?
Sola Fide
En vez de andar de puntillas tratando simplemente de evitar el mal, nuestra fe viva nos impulsa a procurar las buenas obras en nuestras iglesias y comunidades, trayendo bendiciones a individuos, a familias y a la sociedad. ¿Estamos siempre consumiendo cultura y nunca creándola? ¿Por qué no estamos dispuestos, como cristianos, a contar historias mejores con realismo, imaginación, sutileza, complejidad y belleza, pero sin esos aspectos que las hacen más difíciles y negativas para nosotros? Al considerar alguna opción cultural, pregúntate:
• ¿Cuál es el beneficio que quieres disfrutar al exponerte a esto? ¿Hay alguna manera en la que pudieras crear cultura que celebre ese beneficio sin tener que comprometer tu fe?
• ¿Cómo puedes sacar tiempo para crear más cultura? ¿Cómo puedes animar a tus hermanos en Cristo a hacer lo mismo?
Solus Christus
Eso nos deja con las siguientes preguntas al considerar si “¿Podemos ver…?”:
• ¿De qué manera comunica esta porción de la cultura un anhelo por “algo más”? ¿Cuál es su “punto de contacto” con Cristo?
• ¿Refleja mi actitud hacia esta porción de la cultura un “temor reverente” hacia Dios? ¿Verlo me llevaría a apoyar, abrazar, disfrutar o a ir tras la impureza? ¿Qué dice esto de mi
actitud hacia Cristo?
Soli Deo Gloria
Por tanto, nuestra última pregunta es muy simple:
• ¿Ver (…) glorifica a Dios?
Ahora el reto es ponerse manos a la obra y no consumir cultura por consumir, sino pararse, pensar en ello y conectar. ¿Te animas a probarlo y a contarnos lo que vas descubriendo?
“Hay muchos libros llamándonos a conectar nuestra presentación del evangelio con las necesidades y preguntas de la sociedad secular y pluralista. Y hay muchos otros libros llamándonos a vivir fielmente en una cultura occidental poscristiana, sin retirarnos y sin volvernos parte de ella. Pero este libro nos dice y nos muestra cómo hacerlo. Realmente no hay nada como el libro que tienes en tus manos”.
— Timothy Keller, autor, predicador y fundador de la iglesia Redeemer en Manhattan.