Creo que GBU sigue siendo necesario para el testimonio evangélico en la Universidad, por el apoyo que implica para los estudiantes cristianos, y porque la Iglesia en España necesita hombres y mujeres capacitados y consagrados en la edificación de esa misma Iglesia.
Hola Rubén, ¿podrías hablarnos un poco sobre ti?
Hola, vivo en Salamanca, y como muchos otros, vine a estudiar a la Universidad de esta ciudad, pero ya quedé hechizado por ella para siempre. Aquí completé mi carrera de Historia, y empecé la de esposo, profesor de secundaria, padre… Desde hace más de veinte años soy profesor de Geografía e Historia, y llevo ya tiempo ejerciendo en un pequeño centro rural de la «Castilla profunda». Tengo tres hijos, uno de ellos estudiando Ingeniería Química en la misma USAL, y mi mujer es profesora de ERE en un instituto de nuestra ciudad. La verdad es que no cambiaría vivir en esta ciudad por ninguna otra, pero lo que más me gusta no lo puedo hacer en Salamanca: pasear junto al mar de mis Rías Baixas.
¿Qué te hizo empezar a donar?
No puedo imaginar mi etapa de estudiante sin GBU. Desde el principio tuve el inmenso privilegio de encontrar un grupo activo y comprometido de estudiantes en Salamanca, con los que pude compartir todos los años de la carrera, crecer como creyente y crear lazos duraderos. Desde entonces, he mantenido la relación con GBU, con algunos de sus proyectos editoriales, la revista Andamio, el grupo local, etc. Sin embargo cuando nuestro hijo mayor ingresó en la Universidad de Salamanca, aparte de parecernos increíble que ahora fuese nuestro hijo el que ya estaba en «nuestra» universidad, recordamos la importancia de seguir apoyando una obra como ésta. Y eso coincidió con un carta de Francisco Mira proponiéndonos una nueva posibilidad de colaboración.
¿Qué crees que es lo que hace mejor GBU?
Aunque en este momento no estoy familiarizado con la estructura organizativa del actual GBU y su evidente diversificación, creo que sus puntos fuertes siguen siendo los que yo mismo disfruté: un énfasis inequívoco en la evangelización, la formación bíblica y apologética, incentivar la responsabilidad de los propios estudiantes, la creación de vínculos nacionales e internacionales, y la promoción de una buena literatura evangélica.
Cuando piensas en tu apoyo a largo plazo ¿qué impacto estás más satisfecho de ayudar a crear?
Está claro que los que de alguna manera nos hemos «beneficiado» de la existencia de una obra
como GBU, debemos estar ahí para apoyarla. Es cierto que existen muchos ministerios y no es posible apoyarlos a todos. Pero creo que GBU sigue siendo necesario para el testimonio evangélico en la Universidad, por el apoyo que implica para los estudiantes cristianos, y porque la Iglesia en España necesita hombres y mujeres capacitados y consagrados en la edificación de esa misma Iglesia. Mientras GBU siga siendo un instrumento usado por Dios para esos fines, considero que debemos seguir colaborando de alguna manera. Así que gracias por la oportunidad de seguir formando parte de esta obra de Dios.
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