Del 17 al 19 de octubre, en GBU Tenerife quisimos “dar voz a los que no tienen voz” realizando unas jornadas universitarias en contra de la trata de personas.

 

Damos gracias en primer lugar a Dios por permitirnos realizar esta actividad y por cómo nos fue abriendo puertas para llevarla a cabo. La Universidad de La Laguna (ULL), además de los diferentes responsables de las facultades, estuvieron muy interesados en las jornadas que íbamos a realizar, y ellos mismos nos animaron y facilitaron mucho la obtención de los permisos en las dos facultades en las que estuvimos, dando incluso apoyo publicitario por medio de la web de la ULL. Ver la mano de Dios abriendo las puertas de la institución de esta manera, junto a la preparación previa de concienciación de esta injusticia mientras recordábamos el carácter de nuestro Señor y el llamado a reflejarlo en cualquier situación de nuestra vida, nos animó a realizar las jornadas y a ver con mayor claridad la forma en la que podemos ser partícipes del cambio.

 

Para lograr este fin desarrollamos diferentes iniciativas en el campus para interactuar con nuestros compañeros: preguntas en una pizarra que se iba moviendo por las facultades cercanas que invitaban al diálogo y a la reflexión, degustaciones de diferentes productos de comercio justo en el stand fijo que teníamos, venta de bisutería realizada por personas que han salido de la trata gracias a Casa Refugio, un cine-fórum en el que se expuso la experiencia personal de Sophia como víctima de la trata, una charla en la que vimos la relación de la pornografía con la trata, un concierto íntimo en el que seguimos concienciando acerca de esta problemática a través de la música y testimonios, además de las conversaciones, información y encuestas que ofrecíamos en el mencionado stand.

En todas las iniciativas que tuvimos participaron estudiantes, pero también profesores, los cuales recibieron las jornadas con gran interés y gratitud. Algunos compartieron con nosotros su experiencia en cuanto a esta problemática, otros nos mostraron cómo se han unido a la concienciación, muchos nos compartieron sus pensamientos acerca de la trata, y un grupito tuvo especial interés por GBU y nuestra razón de ser, y participar en nuestras actividades regulares.

 

 

Por todas estas razones nosotros seguimos dando gracias a Dios por lo que nos ha permitido vivir antes, durante e incluso después de las jornadas. Pero en especial, le damos gracias por la esperanza que Él nos ha dado por medio de Su Hijo Jesús aun en medio de situaciones tan tristes como es la trata de personas y otras circunstancias en las que nos encontramos. Esa esperanza es la que en medio de todo hemos querido compartir con nuestros compañeros universitarios, y es la que queremos seguir compartiendo mientras reflejamos el carácter de Dios por medio de actividades como esta.