website creator

verano gbu

 «Incomparable Jesús» fue el título de la última edición del Verano GBU.

 

 

La última semana de julio, 180 universitarios y universitarias pudimos disfrutar del esperado Campamento de Verano GBU España. Gracias a un equipo compuesto por asesores, coordinadores, doulos, equipo de oficina y comité estudiantil que lo hizo posible, este se convirtió en un espacio de comunión, diversión y devoción por el evangelio que nos permitió formar parte de la obra de Jesús en nuestras universidades y escuelas de formación.

 

Es inevitable no pasar por alto el calor que vivimos esa última semana de julio en Córdoba, donde la temperatura térmica superó los 40º. Este condicionante supuso un hándicap para todos nosotros, y especialmente para Michael, nuestro conferenciante, acostumbrado a las bajas (aunque ya no tan bajas) temperaturas de Reino Unido. Solo algunos campistas podemos asegurar haberlo visto a las 8:00 AM en la piscina dándose un baño de agua fría.

 

El encuentro se llevó a cabo en el centro de campamentos Monte Olivos, en el pequeño municipio de Priego de Córdoba. Ya la primera noche del campamento, durante la cena, se podían sentir los nervios, la ilusión, tanto del equipo al mando como de los campistas. Aunque es verdad que en nuestro día a día vemos a Dios obrando, en los campamentos es inevitable no sentir que todo está siendo guiado por Él, lo cual crea una expectativa maravillosa y unánime. Esa misma noche pudimos disfrutar de la primera velada que consistía en una entretenida gincana pirata, a la cual le siguieron otras de canto de alabanza, batalla de rap, teatro, etc.

 

A la mañana siguiente ya estábamos en pie a las 8:30. El horario variaba muy poco dependiendo del día y nos adaptamos muy pronto todos a la característica rutina de un campamento de verano. Por la mañana, los más madrugadores salían a correr por los alrededores del centro mientras que el resto de madrugadores hacían el devocional matutino (muchos de ellos en el mirador, lugar privilegiado del recinto por sus excelentes vistas).

 

Después de desayunar nos reuníamos todos en el salón principal para empezar el día con un EBI (Estudio Bíblico Inductivo), un modelo de estudio bíblico basado en responder a tres preguntas cruciales centradas en la Observación, Interpretación y Aplicación de la Palabra. El EBI era llevado por un asesor y tenía una parte de reflexión en Grupos Pequeños y otra de puesta en común de lo reflexionado.

 

Michael Ots tuvo a su cargo la predicación

Justo después tenía lugar la predicación, llevada de la mano de Michael Ots, conferenciante y autor de literatura cristiana de origen británico. En la actualidad, Michael se dedica a expandir el evangelio por Reino Unido, Europa y Eurasia, hablando principalmente en campus universitarios sobre la relevancia de la fe cristiana en todas las áreas de la vida. El conferenciante también es director de campo de FEUER (Fraternidad de Evangelistas en las Universidades de Europa), forma parte del equipo regional de IFES (Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos). Su primer libro ¿Qué tipo de Dios?, fue nominado para un importante premio de libros del Reino Unido y traducido a siete idiomas.

 

Mike consiguió acercarnos a todos/as, cada uno con sus luchas e inquietudes, a la Palabra del Señor. Nos guió durante toda la semana por el evangelio de Marcos, el cual nos muestra el carácter de un Jesús muchas veces inestable e irascible, pero a su vez íntegro por la gracia de Dios. Mike nos equipó de las herramientas necesarias para escuchar, comprender y ayudar a nuestros compañeros en su búsqueda de Jesús y dialogar con la sociedad contemporánea y cultura circundante. Según nos confiesa unas semanas después, Dios le quiso enseñar con el estudio de Marcos que “el evangelio es la mejor causa para compartir el evangelio” y que “centrarse en este es la mejor motivación para llegar a compartirlo entre nosotros”. Nos recuerda una frase de la escritora Becky Pippert que dice así: “Jesús es nuestra motivación, nuestro mensaje y también nos muestra el método”.

 

 


“El evangelio es la mejor causa para compartir el evangelio”.

Michael Ots


 

 

Nuestro conferenciante dejó claro su interés personal por los jóvenes mediante su simpatía y predisposición en todo momento, que se manifestó en juegos de piscina, intensas conversaciones personales, charlas compartidas e incluso en su participación en una de las primeras veladas convertida en batalla de rap. Asegura haberse ido encantado del campamento, especialmente de las sesiones de rap nocturnas: “¡Necesito mejorar esa habilidad!” nos confiesa. Para Mike fue un gran estímulo ver nuestro entusiasmo por Jesús, deseo por aprender más de Él y pasión por compartir el evangelio con el resto de personas.

 

Sus palabras de agradecimiento hacia todo el equipo y campistas han sido estas:

“Fue un placer estar con vosotros. Muchas gracias por vuestra acogida. ¡Me encantó conoceros a través de todas nuestras charlas durante las comidas y en la piscina! Gracias por estar dispuestos a conversar en inglés cuando para algunos de vosotros esto no fue tan fácil. Me habéis inspirado a aprender español (¡ahora tengo una racha de 25 días en Duolingo!) ¿¡Quizás algún día predicaré en español!?”.

 

Tiempos de silencio, de alabanza y de grupos pequeños

Aún con el mensaje del conferenciante en nuestros corazones, nada más terminar la predicación tenía lugar el tiempo de silencio con el fin de tener un encuentro íntimo con Dios. Nos dispersábamos individualmente por las instalaciones y alrededores de la casa y el recinto quedaba en completo silencio. Para algunas personas esta era la ocasión para observar y apreciar la creación de Dios gracias a los montes y la vegetación que rodeaba la casa; para otras, podía ser el momento de hablar con algún asesor o doulos sobre lo aprendido, así como para compartir algún conflicto personal, preocupación o motivo de oración. En conclusión, era uno de esos muchos momentos durante el campamento en el que recibíamos esa ayuda o consuelo que Dios sabía que necesitábamos a través de personas que Él nos brindaba.

Me gustaría destacar lo siguiente: el tiempo de cantos de alabanza, uno de mis momentos favoritos de todo encuentro cristiano. Es aquí donde podemos intimar en comunión con nuestro Señor, un momento en el que podemos adorar a Jesús y expresar nuestro amor y devoción mediante la música, una de las expresiones más vivas del amor al Padre. Aun con el sobreesfuerzo que conllevaba para el equipo de alabanza levantarse con antelación, valió la pena con tal de sentir, como garantiza uno de los integrantes del equipo, “la gran carga espiritual que había en el campa”, la cual salía a relucir en los momentos musicales. Juntos, rememoramos clásicos como Somos pequeñas llamas, de Marcos Vidal; algunas canciones más actuales como Venga tu Reino o Hermoso nombre, de Hillsong en Español, traducción del grupo de música australiano Hillsong Worship, y otras muy conocidas entre los jóvenes como Gracia sublime, compuesta por Phil Wickham, Jeremy Riddle y Joshua Neil Farro o Jesucristo basta, de Richards Steven Daniel.

 

Y de nuevo, después de un tiempo especial, nos volvíamos a reunir con nuestro grupo pequeño para responder y meditar sobre las preguntas lanzadas en el tiempo de silencio. Personalmente, era un momento de conocer de cerca vidas tocadas y transformadas por el evangelio y de comprender, una vez más, acerca de la comunión a la que somos llamados.

 

Las comidas, momentos de compartir

Una vez terminado el horario de mañana, era la hora de la comida. Aunque para los más tímidos el hecho de elegir sitio pudiera convertirse en un reto, Dios estaba ahí y guiaba a cada uno, cada día, al lugar en el que debía de sentarse. Puede que en mayor o menor medida, cada día aprendías algo nuevo: compartías una interesante conversación, una charla entretenida o un acalorado debate (aunque siempre con el amor de Dios por delante y con un corazón abierto y predispuesto a conocer a tu hermano/a). Era increíble vernos a todos en las mesas, disfrutando los unos de los otros, cuando unos días u horas antes ni siquiera nos conocíamos. La maravillosa comida de Monte Olivos, además, nos hacía alargar aún más la sobremesa.

Muchas gracias, desde aquí, al equipo de cocina que se preocupó porque no nos faltara de nada.

Y llegaba el momento del tiempo libre. Después de comer, cada uno elegía cómo ocupar las horas libres que tenía por delante. Algunos jugaban a cartas y demás juegos de mesa; otros descansaban sobre el césped, conversaban o se iban a dormir a las habitaciones. Casi todos los días hubo tiempo de bañarnos en la piscina y hacerle frente al sofocante calor. Todo esto sin perder de vista la hora, pues depende del día empezaba formación política o tenían lugar los talleres.

 

Escuela de verano de formación política

La escuela de verano de formación política es una iniciativa colaborativa con una duración de tres años que tiene como objetivo dar herramientas bíblicas, históricas y metodológicas a jóvenes cristianos con el fin de cargarlos de responsabilidad cristiana e invitarlos a participar en esa dimensión. Esta formación era optativa y se llevaba a cabo en las horas libres del campamento. En este mismo orden, se trabajó «la política desde una perspectiva bíblica (creación y caída)» de la mano del Asesor Nacional de GBG Jaume Llenas; también la «historia de la política, de la Iglesia Primitiva a la Reforma», por el pastor José Moreno Barrocal y por último, se analizó la actualidad de forma práctica (como por ejemplo el proyecto de ley del aborto) de la mano del médico Xesús Manuel Suárez. Fue un tiempo de aprendizaje, crecimiento espiritual y de mucha autoreflexión para cada uno de los participantes. Les agradecemos a los profesores el amor y la sabiduría que nos brindaron, así como la cercanía con las que nos trataron y resolvieron nuestras cuestiones.

 

Talleres

Los talleres, por otra lado, tuvieron lugar después del tiempo libre. Aunque había muchos para elegir y nos hubiera gustado asistir a todos, tuvimos que ser cautos y elegir, en cada ocasión, el que más nos interesaba o más picaba nuestra curiosidad. Personalmente, disfruté mucho en el apartado de Fe y Cultura el taller sobre Consumismo, llevado a cabo por Jose Daniel Marín. Escuché hablar maravillas del taller sobre Revolución sexual, llevado por Estrella Garzón y Marta Ruiz, y del de Secularización de la cultura, por Jaume Llenas. En los talleres de Fe y Vocación pudimos aplicar la perspectiva teológica de Creación, Caída, Redención y Restauración por grupos en cada área profesional, por lo que fue realmente enriquecedor para nuestros estudios.

 

Consejo Universitario

En los últimos días tuvo lugar el Consejo Universitario, un espacio creado para los estudiantes en el que el comité estudiantil se encargó de informar del estado en el que se encuentra actualmente GBU España, transmitir visión, retarnos a evaluar ideas, proyectos o actividades que puedan ser desarrolladas a nivel nacional y compartir recursos.

El comité estudiantil, quien preparó y guió todo este tiempo, es un grupo reducido de estudiantes que representa a los universitarios y vela por su cuidado e intereses. Entre sus funciones se encuentran: elaborar presupuestos y administrar el dinero del fondo nacional de estudiantes, establecer una buena comunicación entre los diversos núcleos del país y transmitir el punto de vista y las necesidades de los estudiantes, tanto a los asesores como a la coordinación nacional de GBU.

El enfoque del consejo fue básicamente de sentar las bases sobre lo que significa realmente ser un verdadero discípulo de Jesús y sobre lo que Él quiere de cada uno de nosotros. Para ello, se dividió el tiempo en tres bloques: un bloque de comunión; otro de formación y un tercero de misión, cada uno de ellos acompañado de reflexiones, herramientas y dinámicas con preguntas y retos. Se realizaron varias votaciones con el fin de decidir los temas propuestos por el comité, como por ejemplo aprobar presupuestos o votar la entrada de nuevos líderes estudiantiles. También se animó a los núcleos más estables del país a ‘apadrinar’ otros núcleos más débiles.

Estudiantes de muchos núcleos de España pudieron hablar y compartir las experiencias en sus ciudades; se compartieron tanto luchas y problemas como victorias que habían tenido lugar a lo largo del curso. “Ver la mano de Dios obrando en los estudiantes y sus centros de estudio no dejó indiferente a nadie, por lo que fue un tiempo de mucha edificación” asegura uno de los integrantes del comité.

 


Estudiantes de muchos núcleos de España pudieron hablar y compartir las experiencias en sus ciudades.


 

 

Obra estudiantil en Guinea Ecuatorial

Además, se dio la bienvenida a unos cuantos estudiantes guineanos residentes ahora en España, algunos de los cuales habían formado el pasado curso un núcleo en Almadén, Castilla-La Mancha, municipio donde no había hasta su llegada grupo de GBU. En esta línea se dio a conocer de la mano de Aida Banyuls, obrera de gbu, y de estos jóvenes estudiantes el movimiento estudiantil emprendido en Guinea Ecuatorial, una república de África Central, hace ya más de tres años.

 

Desde 2019 que GBU España pudo enviar a Aida Banyuls, integrante del equipo GBU, a Malabo, capital de Guinea Ecuatorial, para un periodo de dos años. La idea era enviar a una persona a tiempo completo que pudiera estar acompañando a los estudiantes y preparándolos para ser usados en su día a día en las aulas, la universidad o en sus propias relaciones personales. “Aida está siendo el punto de inflexión entre las relaciones de los estudiantes universitarios y jóvenes en general guineanos y GBU, no solamente con España sino con el resto del mundo” asegura Eunice Epitie Elé-Bengono, estudiante guineana, “Aida es la herramienta”.

 

Banyuls programó entre los estudiantes encuentros para estudiar la Biblia y leerla en clave misional una tarde a la semana, los cuales se llevaron a cabo con éxito durante unos meses hasta que el COVID los “interrumpió”. A mitad del primer año, con tan solo nueve meses de misión, llegó la pandemia y paralizó el proyecto misionero. Sin embargo, según asegura Aida, este fue interrumpido a medias ya que encontraron otras formas de seguir trabajando en el país desde España.

 

“Dios nos mostró una vez más que la obra es suya, que ninguno de nosotros somos imprescindibles en su obra, sino que es el propio Dios quien las dirige”, comenta Aida. “Él proveyó del dinero que hacía falta, de la plataforma adecuada, y además dotó de personas y estudiantes que se conectaban desde distintas partes del mundo como Estados Unidos, China, España y otros países del continente africano”. El COVID fue un contratiempo que se convirtió en bendición y que ha sido parte de la historia del movimiento en Guinea Ecuatorial.

 


El COVID fue un contratiempo que se convirtió en bendición y que ha sido parte de la historia del movimiento en Guinea Ecuatorial.


No fue hasta mayo que Aida volvió de nuevo a Guinea Ecuatorial, donde conoció a Esdras Epitie Elé-Bengono. Esdras es un joven estudiante que pudo acompañarnos en el Verano GBU, junto a su hermana Eunice, representando en un evento nacional al movimiento estudiantil guineano. Vino directo de su país de nacimiento al campamento: “He ido conociendo gente, cogiendo ideas y he visto como funcionan otros núcleos. Me gustaría volver, aunque no lo tengo claro todavía”, asegura. El estudiante ha tenido la oportunidad de conocer distintos núcleos de GBU España y ahora se plantea volver a Guinea para que los jóvenes cristianos puedan tener esas mismas experiencias. “Se lo pondré a Dios en oración y lo que Él quiera, será” concluye Esdras.

 

En la actualidad, este ministerio no está implantado de manera oficial en Guinea Ecuatorial, pero sí amparado por GBU España, que a su vez está bajo el paraguas de IFES (Fraternidad internacional de estudiantes evangélicos). Guinea Ecuatorial es el único país de habla hispana en todo el continente, y por esa razón España fue el país que decidió apoyar el inicio de la obra allí. En libros como Brillando como estrellas o Luces en el campus, de la editorial de GBU, Andamio, se habla del movimiento estudiantil africano, con datos, historias y testimonios que vale la pena conocer.

 

Nuevo comité estudiantil

Durante este tiempo hubo despedidas y bienvenidas tanto del equipo de GBU como del propio comité. Culminó con la votación y entrada de un nuevo comité de estudiantes y la salida del anterior, que estuvo sirviendo durante los años de pandemia. Finalmente, le dimos la bienvenida a las nuevas integrantes del comité estudiantil: Alejandra Torrecilla y Noemi Rivera. Además, se dio a conocer el Proyecto Semilla, una iniciativa formada por estudiantes que se basa en colaborar económicamente en el sostenimiento de los asesores de GBU.

Durante el campamento se presentaron también otras iniciativas con fin económico, como la venta de galletas caseras de parte de los estudiantes de GBU Madrid o la recaudación de dinero del Chiringuito con el fin de financiar el viaje a la Asamblea Mundial de IFES (GBU).

 

Programa Transitio

Por otro lado, los dos últimos días de campamento se llevó a cabo el espacio de formación Transitio, un seminario de corta duración enfocado a guiar y acompañar a aquellos estudiantes que han finalizado su formación profesional y van a incorporarse, o ya lo están, en el mundo laboral. Algunas preguntas a las que se dieron respuesta fueron: ¿De verdad que a Dios le importa mi trabajo? ¿Cómo puedo integrar mi fe con mi profesión? ¿Cómo puedo invertir bien mi tiempo, mi dinero y mis dones?

 

Incomparable Jesús el Verano GBU 2022

 

Personalmente, una de las didácticas que más gustó y en la que más pude ver al Señor obrando fue la de tomar un té (o cualquier refresco del Chiringuito) con una o un campista asignado de manera “aleatoria”. Para mi sorpresa, la persona a la que le toqué resultó ser un chico encantador que me escuchó y ayudó durante el tiempo que nos dedicamos. Seguimos en contacto a día de hoy y le doy gracias al Señor cada día por su amistad.

 

Gracias a estos encuentros guiados por el Señor y a más experiencias vividas durante el campamento, escuché en numerosas ocasiones decir que este había sido un pedacito del cielo que Dios nos había dejado entrever y disfrutar. Yo, la verdad, no tengo ni idea de si así será el mundo de los Cielos pero, lo que sí sé, es que cuando la debilidad, el sufrimiento y el rechazo están cerca, el Reino de Dios lo está también, y si de algo puedo estar segura es de haber sentido todo esto durante el campamento. Y lo más maravilloso de todo es que pude sentir también como, aun en nuestra debilidad, la comunión en el Señor y su amor entre semejantes convirtió todo este sufrimiento que traíamos de casa en gozo. Un gozo inmenso reflejado en conversaciones, oraciones compartidas, abrazos, risas y lágrimas. Lágrimas, de aquellas personas que saben que viven en el Espíritu gracias a otras derramadas en la cruz, las del Hijo de Dios.

 

El escritor Timothy Keller lo explica muy bien en su libro sobre el evangelio de Marcos: “Cuando Jesús pasó por la espada, la espada partió su cuerpo, pero ella también se partió”. Esto significa que la muerte de Jesús abrió para todos nosotros el camino a la presencia de Dios y nosotros, los jóvenes que hemos elegido seguirle no encontramos otra manera de agradecerle este sacrificio que anunciando la Buena Noticia a nuestros compañeros y amigos cercanos.

 

Yo me voy renovada. No sé mis compañeros/as. Y espero incomparables cosas de parte del Señor, porque incomparables son sus obras (Salmos 92:5), incomparables son los vínculos que hemos creado en el campamento e incomparables son las promesas que nos esperan a los que confiamos en Dios. Como dijo una vez un misionero y Mike nos recuerda en su mensaje: “¡Intenten grandes cosas para Dios, esperen grandes cosas de Dios!”.

 

La crónica del Verano GBU por Abigail Grau.