¡Y qué vamos a poder hacer ahora si resulta que los estudiantes no están en sus clases y muchos profesionales están en sus casas trabajando remotamente! Pero si insistimos un poco más, ¿vemos oportunidades de seguir siendo mensajeros de esperanza?
A finales de la semana pasada, planificamos enviar un nuevo comunicado para actualizar el estado de reconstrucción de la oficina de GBU y Andamio. Lo que nunca se nos pasó por la cabeza es que en tan pocos días sucedieran tantas cosas en relación al coronavirus.
Empezamos la semana teniendo que cancelar actividades y encuentros regionales y nacionales de GB Unidos. Al poco, se empiezan a cerrar los centros de estudios en algunas comunidades autónomas, para acabar con más de 10 millones de estudiantes sin clase las próximas dos semanas. Decenas de miles de profesionales empiezan a teletrabajar. Otras miles pierden sus trabajos por la ralentización de la economía. El personal sanitario comienza a reflejar cansancio y sobresaturación y la falta de mascarillas y respiradores pone en tensión a los hospitales. Pueblos y regiones empiezan a ser confinadas. Y en la tarde de ayer, los principales medios de comunicación coinciden en un titular: “España, en estado de emergencia”.
Sin duda, es una situación que puede producir tensión y ansiedad. Ante esto, recomiendo la lectura del artículo escrito por Pablo Martínez y publicado el día 10 en Protestante Digital: Un salmo en la epidemia: la confianza triunfa sobre el miedo.
En medio de esta situación, me surge la pregunta, ¿Hay algo que podamos hacer como estudiantes y profesionales? Tal vez la primera respuesta que venga a nuestra mente podría ser: ¡Y qué vamos a poder hacer ahora si resulta que los estudiantes no están en sus clases y muchos profesionales están en sus casas trabajando remotamente! Pero si insistimos un poco más, ¿vemos oportunidades de seguir siendo mensajeros de esperanza?
Lo cierto es que, si Dios nos está permitiendo vivir algo así, es porque algo quiere que hagamos.
El texto de Jeremías 29:7 nos puede servir para empezar a andar: “Y buscad el bienestar de la ciudad adonde os he desterrado, y rogad al Señor por ella; porque en su bienestar tendréis bienestar”.
Lo primero que podemos hacer es repensar nuestra actitud. No es cuestión de “sálvese quien pueda”, sino que según el profeta, estamos llamados a darnos a nuestros vecinos y conciudadanos, a buscar de forma activa su bienestar.
Estamos en un momento de aislamiento y para muchos esto se traduce en soledad (una epidemia mucho más extendida en nuestra sociedad que el Covid-19 y de la que casi nadie habla). Es cierto que debemos mantenernos a dos metros de distancia, evitar reunirnos, el apretarnos las manos, darnos un abrazo, un par de besos, pero nos siguen quedando las palabras. Nuestras palabras pueden estar cargadas de amor, de comprensión, de consuelo y de esperanza. Es el momento de cancelar actividades masivas, pero también lo es de desarrollar y profundizar en relaciones personales. Y hoy, más que nunca antes en la historia, tenemos a nuestro alcance la tecnología necesaria para hablarnos, escribirnos y vernos al instante.
Pero también surgen otras oportunidades prácticas de poder servir a nuestros vecinos, como por ejemplo: cuidar unas horas a niños que están solos en sus casas y padres desesperados por no encontrar quien les eche una mano (siguiendo las precauciones mínimas a la hora de cuidar de ellos). O personas mayores con un perfil de alto riesgo que no encuentran quien les ahorre el salir a hacer sus pequeñas compras o las gestiones cotidianas como pueden ser ir a la farmacia. A poco que prestemos atención a nuestro alrededor y con algo de creatividad, seguro que encontramos oportunidades de buscar el bien de nuestra ciudad.
Y, en segundo lugar, según Jeremías, debemos orar. Orar por los que están enfermos. Orar por los que están en posición de autoridad y necesitan sabiduría y pericia en la toma de decisiones. Orar por los médicos, enfermeras, celadores, conductores de ambulancia y cualquier otro perfil sanitario para que su salud no se quebrante, ni física ni emocionalmente. Orar por los familiares de los enfermos. Orar por un sinfín de cosas. Y, orar por oportunidades de compartir sobre ese Dios que por amor se hizo hombre, sufrió y murió para liberarnos de un virus letal del que todos estamos infectados y de esta forma darnos esperanza, salud y vida. Oremos por la salvación de muchos.
Y retomando el motivo original de este comunicado, solo unas líneas para actualizar el estado de reconstrucción de la oficina de GBU y Andamio. Ayer hizo un mes del incendio sufrido y estamos muy agradecidos al Señor por todas las muestras de cariño, ánimos y oraciones a favor nuestro. Por todas las personas que voluntariamente nos han estado ayudando y como no, por los casi 200 donantes, que de forma muy generosa, han apoyado para los gastos de reconstrucción.
Algunas buenas noticias son:
- Hemos acabado las tareas de limpieza y desescombro.
- El espacio de oficina dedicado a tareas administrativas ya está en marcha.
- El inventario de todo el almacén se ha podido finalizar.
- La redistribución provisional de los espacios de almacén hasta que toda la reconstrucción esté finalizada también se ha podido completar.
Tareas que aún tenemos por delante:
- Nueva instalación eléctrica.
- Obras de reformas en techos, suelos y paredes de las zonas más afectadas por el fuego.
- Reimpresiones de libros para poder continuar con la labor editorial.
- Todas las gestiones con el seguro:
- Seguimos sin recibir informe definitivo por su parte que explique las razones del incendio.
- No hemos cobrado nada en este mes. Todos los gastos realizados hasta aquí han sido cubiertos gracias a las donaciones recibidas. Hemos tenido que presentar una reclamación formal al seguro.
- Hemos tenido que asumir muchas gestiones y trabajo que les correspondían ante su pasividad.
- A través del Foro Evangélico del Derecho (FED), nos han puesto en contacto con un especialista en casos como el nuestro y que está muy dispuesto a ayudarnos.
Como compartimos en un comunicado previo, los daños causados por el incendio los estimamos en 160.000 euros. Gracias a las donaciones recibidas, hemos ingresado 33.241 euros.
Si quieres ayudarnos económicamente te dejamos a continuación los datos para poder hacerlo:
Banco La Caixa
Titular: Grupos Bíblicos Unidos
Número de cuenta: 2100 3465 22 220001 4304
IBAN en formato electrónico: ES7521003465222200014304
IBAN en formato papel: IBAN ES75 2100 3465 2222 0001 4304
BIC (Código Internacional de Identificación Bancaria en el sistema SWIFT CAIXESBBXXX
Concepto: «Reconstrucción oficina”
O a través de GoFundMe: https://www.gofundme.com/f/reconstruccion-oficina-gbu-andamio
Además, en la web https://www.gbu-es.org/reconstruccion-oficina/ puedes encontrar un resumen de todo lo que hemos gastado desglosado en sus diferentes partidas.
Muchas gracias por considerar esta posibilidad y te animamos a seguir orando por todas las decisiones y gestiones que tenemos por delante.
Continuaremos informando periódicamente, tanto por esta vía como a través de redes sociales para que podáis orar por nosotros de manera concreta.
Mientras, seguimos trabajando con buen ánimo.
Y edificamos la muralla hasta que toda la muralla estaba unida hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Nehemías 4:7
Joaquín Hernández
Secretario General GB Unidos
Foto: Unsplash – Fusion Medical Animation