El V Encuentro de Tres-e (Evangélicos en la Economía y Empresa)
Por Marta Cabañas
“¿Cómo puedo servir al Señor en el lugar de trabajo?”. Fue una de las preguntas que se plantearon en el V Encuentro Nacional de Tres-e celebrado en Zaragoza durante el pasado fin de semana del 4 al 6 de marzo, bajo el título “Frente al dilema. ¿Y ahora qué hago?”. El total de unos 40 profesionales, venidos de más de 9 comunidades autónomas, de Holanda, Bruselas y EEUU, tuvieron la oportunidad de escuchar al abogado y Secretario General de la Alianza Evangélica Jaume Llenas sobre el tema de la Teología del trabajo.
El estadounidense Jim Firnstahl, -graduado en Relaciones Internacionales, y con extensa experiencia en sector bancario- y, Daniel García -Manager de Formación Gerencial en SEAT- también guiaron a los diferentes profesionales a la reflexión con dos casos prácticos en los que se abordaron principios de ética cristiana para la resolución de conflictos en la empresa. La Asamblea de esta sección profesional de GBG (Grupos Bíblicos Graduados) y una visita por la capital zaragozana fueron otras actividades que llenaron el espacio de este encuentro.
La teología del trabajo es uno de los grandes temas desconocidos en las iglesias, lo que provoca un abismo entre la vida secular y la eclesial– concretó Jaume Llenas. La identidad de los cristianos no debería basarse en el trabajo o en el éxito laboral, como es habitual en la sociedad actual. El teólogo John Stott consideró que es necesario volver a crear el concepto ideal del trabajo, según la Biblia, como instrumento de la gloria de Dios.
Somos hechos a imagen y semejanza de Dios y desde el Génesis él se presenta como el trabajador por excelencia: jardinero, pastor, alfarero, arquitecto, músico…Somos capaces de mostrar nuestro compañerismo con Dios en dos tipos de actividades: la creatividad y la investigación científica. Lejos de una maldición, el trabajo nos produce la satisfacción de una actividad bien realizada. Dios hizo los colores y yo pinto; él hace las formas y yo dibujo; él produce la música y yo canto. La caída del hombre afectó al trabajo –prosiguió el secretario de la Alianza Evangélica- y provocó la misma desconexión hombre- Dios, ya que desaparece la idea de encuentro y relación.
Cada persona se erige como el centro del universo y, en el trabajo se produce la corrosión del carácter por la falta de valores. Cuando alguien busca la gloria de Dios en el trabajo, está contribuyendo a reflejar la imagen perfecta de Dios. El hijo de Dios dedicó la mayor parte de su vida a los negocios conectado con el Padre. El trabajo es el lugar donde más contacto existe entre creyentes y no creyentes, y, la tarea de la iglesia es la de preparar a los cristianos para el lugar donde están –señaló Jaume Llenas. La Iglesia no sólo lo es cuando está reunida, sino cuando, se muestra a nuestros semejantes, como ciudad subida en un monte. Por tanto, la obra eclesial debería ser misionera y no atraccional. El creyente no es ética ni epistemología, sino la persona en su esencia y la sal del mundo. No es necesario seguir preguntando dónde me quiere Dios, ya que cada uno de nosotros somos el misionero de Dios en el lugar que él nos ha enviado –prosiguió el Secretario de la Alianza.
El Señor nos envía a nuestro puesto de trabajo con la misma autoridad con la que el padre envió a Jesús y es ahí donde debemos estar para cumplir sus propósitos.