Antonio Ruiz cierra una etapa como asesor de GBU y aprovechamos para hablar con él y que nos comparta recuerdos, retos, ideas y consejos. 20 años de servicio y ministerio con los grupos de estudiantes esconden detrás muchas, muchas cosas. ¡Le vamos a echar mucho de menos!
¿Qué momento recuerdas con especial cariño de tu etapa en GBU?
Estoy profundamente agradecido a Dios por el privilegio de haberle servido en la obra estudiantil durante tantos años. Una de las cosas que más aprecio es ver cómo Dios ha obrado en mí y a través de mí para dejar huella en los estudiantes a los que he servido. Muchas veces -la mayoría- no eres consciente de esto, pero de vez en cuando te encuentras con los mismos estudiantes, ya graduados, años después y te hacen saber lo importante que fue para ellos GBU y lo agradecidos que están por lo que invertiste en sus vidas.
Sirva como botón de muestra estas palabras que un graduado de Sevilla compartía conmigo reciéntemente:
Creo que nunca pude decírtelo claramente Antonio y aunque compartimos varios momentos, dejé pasar la oportunidad de darte las gracias por tu labor en GBU Sevilla y sobre todo, por permitirme participar desde el primer momento con el núcleo donde yo estudiaba. Aún recuerdo nuestro primer encuentro ¡casi milagroso! Hace 11 años… una reunión de oración a la que solo asistimos tu y yo ¿casualidad? Cada vez soy más consciente de la gracia que Dios tuvo conmigo al ponerte a ti y a GBU en mi vida.
Como muchos hijos de familias cristianas, no sé exactamente cuándo me «convertí» pero mi participación en GBU y nuestras conversaciones fueron decisivas para tener una experiencia más profunda del Evangelio ¡a lo mejor tu ya ni te acuerdas! jaja Sigo tus cartas de oración y me alegra saber que el Señor te sigue usando con más estudiantes. Doy gracias a Dios por tu vida, Antonio. Siempre me conmovieron tu paciencia y tu mansedumbre…
¿Cuáles crees que son los principales retos que afronta la obra estudiantil actualmente?
Entre otros, mencionaría estos tres:
- Que el Señor siga levantando a líderes estudiantiles suficientemente maduros y apasionados por Jesús que favorezcan la iniciativa y responsabilidad estudiantil en el desarrollo de la misión;
- Un anhelo creciente entre los estudiantes por profundizar en la Palabra y aprender a conectarla con su campo académico y la cultura de nuestro tiempo;
- Explorar caminos para hacer partícipe a la iglesia de la misión en la universidad, ayudándola a ver lo estratégico que es liberar y animar a sus estudiantes a ver su lugar de estudios y trabajo como su campo de misión.
¿Qué cambios has notado en la universidad desde que empezaste hasta ahora?
El precio de los menús… jeje
Pienso en cambios que han afectado, no solo a la universidad sino a toda la sociedad y las sucesivas generaciones a lo largo de estos años. El auge de las nuevas tecnologías, las redes sociales o la primacía de lo audiovisual frente a la lectura ha afectado no solo a la vida universitaria sino también a la forma en que llevamos a cabo el ministerio. En este sentido, pienso que quizá hoy, más que nunca, necesitamos conectar con los jóvenes a través de relaciones auténticas que abran la puerta a modelos de discipulado donde nos interesamos genuinamente por aquellos a quienes acompañamos y en las que nos mostramos también vulnerables.
¿Qué recomendaciones darías a un asesor que empieza?
Pablo Martínez suele decir que GBU es una escuela de liderazgo. Estoy convencido de que ésta es una de las aportaciones más estratégicas que nuestro ministerio puede seguir ofreciendo a la Iglesia y a la sociedad. En este sentido, a un asesor que empieza le animaría a orar por discernimiento para saber en qué personas invertir y desarrollar con ellos relaciones auténticas de discipulado. También a dedicar tiempo al estudio de la Palabra junto con la lectura de libros y artículos que le aporten una mirada renovada a su ministerio. Por último, le animaría a basar su ministerio en la oración, aprendiendo a discernir donde y de qué forma está obrando el Espíritu Santo en las vidas de las personas y adquiriendo una mayor confianza en el poder de Dios.
¿Qué mensaje transmitirías a la iglesia en España si te dejasen 60 segundos para hablar a la iglesia en global?
No es que Dios tenga una misión para su iglesia, sino que tiene una iglesia para llevar a cabo su misión.
Les diría que la iglesia es el medio por el que Dios lleva a cabo su misión. No es que Dios tenga una misión para su iglesia, sino que tiene una iglesia para llevar a cabo su misión. Si la iglesia quiere llegar al ámbito estudiantil o a los lugares de trabajo ha de tomar consciencia de los estudiantes y profesionales que ya están allí y, junto a eso, liberarlos, capacitarlos y sostenerlos en oración para que estos se conviertan en los misioneros en institutos, universidades y sus lugares de trabajo. GBU es una herramienta que el Señor ofrece a las iglesias para ayudarlas en este cometido.
¿Hay alguna idea que hayas tenido que repetirte a menudo en todo este tiempo sirviendo en GBU?
Que Dios nos ama no por lo que hacemos sino por lo que somos para Él. Tanto en situaciones de fracaso como de éxito necesito recordar que mi nombre está escrito en el cielo (Lc. 10.19).
¿Un consejo que te hayan dado y que puedas compartir?
Últimamente he pensado mucho en una frase de Chesterton que decía que si íbamos a predicar el evangelio, es más sensato gastar nuestras energías en dirigirnos a los conversos que a los inconversos. Digo esto no porque no sea importante evangelizar a aquellos que aún no creen sino por la enorme necesidad que tiene esta generación de escuchar y aplicar el Evangelio de la Gracia así como la responsabilidad y el privilegio que Dios nos ha dado de empoderarla para llevar a cabo la obra (Ef. 4.12).
Antonio lleva 20 años sirviendo como asesor de GBU. Ya podéis imaginarnos cómo le vamos a echar de menos después de tanto tiempo. Muchos de nosotros no hemos conocido GBU sin Antonio, por lo que no es fácil cerrar la etapa… sin embargo lo hacemos ampliamente agradecidos por todo su esfuerzo, entrega, sudor, lágrimas, alegrías después de muchos campamentos, jornadas, campañas evangelistas (¡de las de antes!), núcleos, reuniones, Veranos GBU… que hemos compartido juntos. Más de 5 generaciones de estudiantes, más de una decena de asesores, doulos, graduados han sido bendecidos e influenciados por él. ¡Gracias Antonio! Dejas un precioso legado. Tu forma de servir y de tratar a otros ha sido de mucha inspiración.